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sábado, 21 de mayo de 2011

hola hoy les voy hablar de una hacieda que esta situada en merida,
Orígenes y desarrollo
En Yucatán, la creación y el desarrollo de las haciendas se dieron en condiciones muy especiales. Durante la época colonial los encomenderos españoles tuvieron en esta región estancias dedicadas a la ganadería y al cultivo de caña de azúcar, cacao y maíz, que satisfacían con sus productos las necesidades de los nuevos habitantes con un mínimo de mano de obra. Hacia la segunda mitad del siglo XIX estas fincas comenzaron a dedicarse al cultivo del henequén, planta nativa de Yucatán hermana del agave. La gran demanda mundial de esta fibra causó la transformación radical de los latifundios existentes y propició el nacimiento de otros que han pasado a la historia como símbolo de una clase social y una época.
Estudios realizados por la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) atribuyen el auge del cultivo del henequén a tres acontecimientos:
1. La llamada Guerra de Castas, iniciada en 1847, que destruyó la industria del azúcar y otros cultivos del oriente y sur del actual estado de Yucatán.
2. El invento de la raspadora mecánica para desfibrar, hecho en 1852 por José Estaban Solís, quien pudo desfibrar 6,300 pencas en 21 horas.
3. La gran demanda del cordel, derivada de la invención de la cosechadora de trigo Mc Cormick en Estados Unidos, en 1878.
La zona del henequén abarcó aproximadamente 1,100 haciendas, que al estar alejadas de los principales centros de población funcionaban como entidades autónomas.
Características urbanas y arquitectónicas
Mientras la vida de los hacendados transcurría prácticamente en Mérida, la industria del henequén transformaba el paisaje rural con sus edificios. La casa principal expresaba la imagen del propietario, cuyo espíritu ostentoso importó las formas expresivas de la historia europea, principalmente la francesa, que dieron por resultado una arquitectura ecléctica, en la que se aprecian rasgos de la arquitectura colonial, elementos neobarrocos, clasisistas, neogóticos, arquitectura tropical caribeña y hasta referencias de la arquitectura civil medieval. La capilla, la tienda de raya, la sala de máquinas, los edificios de servicio y la cárcel completaban el eje principal del conjunto, donde transcurría la vida social y religiosa de la comunidad. Estas construcciones, que se conocen como el casco de la hacienda, eran de mampostería y teja y circundaban un gran patio. Dentro del casco, que se delimitaba con muros, también estaban la noria, la huerta, los corrales, las explanadas de maniobra y el tendido de la fibra.
Para que las haciendas prosperaran requerían de una población permanente en ellas, por lo que los dueños debían proveer a los trabajadores de condiciones de vida semejantes a las de los pueblos vecinos. Dependiendo de las dimensiones de la finca, los trabajadores tenían, entre otras cosas, plazas públicas, capilla, escuela, dispensario público, tienda de raya, cementerio, calabozos y espacios recreativos en las plazas. Sus viviendas eran chozas con techo de paja. Las haciendas y los pueblos de cabecera se comunicaban entre sí por medio de unas angostas vías férreas llamadas Decauville, donde corrían carritos y plataformas conocidos por el nombre de "trucks". En el trabajo cotidiano, estos carritos acarreaban las pencas a la desfibradora en el cuarto de máquinas y las fibras a los secaderos.
Vida cotidiana
Las haciendas fueron asiento de una gran variedad de actividades y acontecimientos, tales como bautizos, bodas, celebraciones de días de santo, fiestas y festejos de fin de cosecha. Los viajeros que pedían albergue nocturno recibían muestras de hospitalidad extrema. El hacendado y su esposa tenían diversas responsabilidades como líderes de la comunidad y permanecían con su familia en la hacienda, que utilizaban como casa de campo por cortas temporadas, ya que preferían residir en su lujosa mansión de la ciudad de Mérida donde formaban parte de una clase social que se frecuentaba en las actividades recreativas y culturales de la vida urbana. Además, viajaban constantemente a Europa, donde por lo general estudiaban sus hijos. El ausentismo del dueño hacía que la autoridad recayera en manos del mayordomo principal, quien residía con su familia en la hacienda y contaba con otros mayordomos secundarios a su servicio.
La vida de los trabajadores distaba mucho de lo que podían sugerir los relatos de sociedad de las publicaciones de la época. Se regía por un régimen paternalista de organización en el que el patrón les debía proveer de los bienes indispensables y fijaba las normas de conducta. De este modo, las haciendas crearon sus propios medios de pago y control financiero y productivo, en los que los derechos de los peones quedaban a expensas de la "buena voluntad" del hacendado. Por demás está decir que las condiciones de vida de la población trabajadora no eran de bienestar. Sus características eran muy similares a la de los campesinos de la Europa medieval. No eran esclavos pero tampoco eran libres, y se procuraba que contrajeran deudas que sacrificaran su libertad para el resto de sus días. Las labores, sobre todo el corte de pencas, requerían una abundante fuerza de trabajo, por lo que, aparte de la gente maya y mestiza local, se empleaba a trabajadores extranjeros, por ejemplo, coreanos, chinos e incluso indios yaquis llevados con gran costo por los hacendados a Yucatán.

3 comentarios:

  1. Felicidades por tu blog,
    Te invito a visitar el mío y contestar la pregunta.
    http://profkarlmarketing.blogspot.com/
    Saludos,
    Karl

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  2. No cabe duda esta padrisimo este lugar ojala que pronto pueda visitar esos rumbos me invitas jejeje, saluditos te dejo mi blog para que lo visites y comentes bye
    http://may-tecnologiadelfuturo.blogspot.com/

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  3. Hola David,
    Eres de Playa del Carmen o de Yucatan?

    Las fotos estan padrisimas y si los recorridos son maravillosos.

    Gracias por la info, saludos

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